Probablemente este enclave ya fue habitado en el Neolítico, como atestigua el hacha de mano de piedra pulida (piedra de rayo) hallada en su interior en 1915. No resulta extraño pensar que sus primeros moradores admiraran, como lo hacemos hoy, la magnífica vista que desde el interior, asomados al abismo, se contempla del risco de Anguiano, una mole de piedra partida en dos por el mismo hacha de agua y la misma paciencia infinita de milenios del río Najerilla.

Sigue leyendo en el enlace el resto del reportaje sobre Cueva Nuño que han publicado en Revista Belezos.

Comparte este artículo